miércoles, 30 de julio de 2008

Anoche….
El roce de tus labios en mis párpados.
Creó un campo de Ternura cuyas ondas
Se extienden hoy rozando todas
Las paredes… de mi Alma…

sábado, 26 de julio de 2008

Un cristal roto

Tras una mirada triste

Un muro levantado entre dos

Distancia que hiere al amor

Herida que se mantiene abierta

Fiel al dolor

Maldito destino

Que no me deja vivir

Arrastrando una cruz pesada

Que aleja al mundo de mí

Maldito destino

Déjame ser feliz

martes, 22 de julio de 2008

Aprende:

Aprende a olvidar en silencio
Pero a amar a viva voz.

Aprende que tal vez mañana
Ya sea tarde para un beso.

Aprende a juzgar a los demás
Por lo que son, no por lo que hacen.

Aprende que lo mejor de cada uno
Está por descubrir.

Aprende que la felicidad
No está en la cima,
Sino en el camino para llegar.

Aprende que somos marionetas
En un lento deambular

jueves, 17 de julio de 2008

domingo, 13 de julio de 2008



Gracias, amigo un beso.

viernes, 4 de julio de 2008

Poema Lucía de William Wordsworth

VIVÍA en las regiones solitarias,
por donde nace el Dome,
una doncella a quien nadie alababa
y a quien querían pocos:

Violeta junto a una musgosa piedra,
medio oculta al viandante,
bella como un lucero, cuando brilla,
muy solo, en el espacio.

Ignorada vivió, y pocos supieron
la muerte de Lucía;
mas ella está en la tumba, y para mí
ya todo ¡qué distinto!

Selló el sueño mi espíritu
y miedo no sentía:
ella me parecía corno algo que no siente
el roce de los años

jueves, 3 de julio de 2008

Maten al Amor
Hubo una vez en la historia del mundo, un día terrible en el que el odio, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y los vicios, convocó a una reunión urgente de todos ellos.

Todos los sentimientos negros del mundo y los deseos más perversos del corazón humano llegaron a esta reunión con curiosidad de saber cuál era el propósito...

Cuando estuvieron todos habló el odio y dijo: "Los he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien"...

Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el odio el que estaba hablando y el siempre quiere matar a alguien... Sin embargo, todos se preguntaban entre sí quién sería tan difícil de matar como para que el odio los necesitara a todos.

"Quiero que maten al Amor", dijo.

Muchos sonrieron malévolamente, pues más de uno le tenía ganas.

El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo:"Yo iré y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto... Provocaré tal discordia y rabia que no lo soportará".

Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del Mal Carácter, quedaron muy decepcionados.

"Lo siento", dijo "lo intenté todo, pero cada vez que yo sembraba una Discordia el Amor la superaba y salía adelante"..

Fue entonces cuando, muy diligente, se ofreció la Ambición, quien haciendo alarde de su poder, dijo: "En vista de que el Mal Carácter fracasó, iré yo. Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y por el poder. Eso nunca lo ignorará."

Y empezó la Ambición el ataque hacia su víctima quien, efectivamente, cayó herida. Pero después de luchar por salir adelante, renunció a todo deseo desbordado de poder y triunfó de nuevo.

Furioso el odio por el fracaso de la Ambición, envió a los Celos, quienes burlones y perversos, inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar al Amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas.

Pero el Amor, confundido, lloró y pensó que no quería morir, y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos y los venció.

Año tras año el odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros.

Envió a la Frialdad, al Egoísmo, al Reproche, la Indiferencia, la Pobreza, la Enfermedad y a muchos otros que fracasaron siempre, porque cuando el Amor se sentía desfallecer, tomaba nueva fuerza y todo lo superaba.

El odio, convencido de que el Amor era invencible, les dijo a los demás: "Nada que hacer: El Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos".

De pronto, desde un rincón del salón se levantó un sentimiento poco conocido y que vestía todo de negro y con un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba ver. Su aspecto era fúnebre como el de la muerte.

"Yo matare al Amor", dijo con seguridad.

Todos se preguntaron quién era ese que pretendía hacer por si solo lo que juntos ninguno había podido.

El odio dijo, "ve y hazlo".

Tan sólo había pasado algún tiempo cuando el odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles que, después de tanto luchar, por fin el AMOR HABÍA MUERTO.

Todos estaban felices, pero sorprendidos.

Entonces, el sentimiento del sombrero negro hablo:

"Ahí les entrego el Amor totalmente muerto y destrozado".

Y sin decir más, se marchó.

"Espera", dijo el odio, "en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo por vivir... ¿¡quien eres?!

El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo:

"SOY LA RUTINA".....